Hace 50 años , el 11 de febrero de 1963, en el Círculo de Periodistas de Mendoza se dio a conocer el Manifiesto de fundación del Movimiento del Nuevo Cancionero. Los firmantes del Manifiesto fueron: Tito Francia, Óscar Matus, Armando Tejada Gómez, Mercedes Sosa, Víctor Gabriel Nieto, Martín Ochoa, David Caballero, Horacio Tusoli, Perla Barta, Chango Leal, Graciela Lucero, Clide Villegas, Emilio Crosetti y Eduardo Aragón. También se adhirieron muchos otros artistas mendocinos, como el escritor Antonio Di Benedetto y el pintor Carlos Alonso.
Tejada Gómez y Mercedes Sosa |
No faltó nadie: cantores, poetas, músicos, bailarines, artistas plásticos y actores, el Movimiento del Nuevo Cancionero, iniciado en Argentina fue de gran influencia en todo el continente, fue un gran proyecto colectivo que sigue latiendo en cada artista que hace suyo el compromiso de la dignidad estética que cada obra popular debe tener.
En el texto íntegro del manifiesto presentado hace cincuenta años, que hoy Caleidoscopio comparte un párrafo, queda claramente establecido que en estos días, sigue vigente, lo que por esos años soñaron aquellos que levantaban su voz por el pueblo:
La búsqueda de una música nacional de contenido popular, ha sido y es uno de los más caros objetivos del pueblo argentino. Sus artistas, desde los albores de una expresión popular propia han intentado, con distinta suerte, incorporar la diversidad de géneros y manifestaciones de que disponían a su sensibilidad con el propósito de cantar al país todo.
A pesar de todo lo que nuestra historia nos marca como hechos, a pesar de todo lo que muchos de los artistas tuvieron que vivir, la música ha sido la heroína de muchas batallas: Culturales, Políticas e ideológicas.
Teresa Parodi una de nuestras referentes máximas, publica en el día de hoy unas palabras respecto a este aniversario: “Mi generación y, a la vista está, muchas otras generaciones que vienen viniendo abrevan en él para profundizar las raíces de lo que seguimos queriendo ser más allá de la penetración cultural deliberada y burda de los medios concentrados, del modelo de lo efímero, de la música delivery que abunda y daña sí pero que no ha podido con ese "nosotros" país, pueblo, memoria colectiva, que nunca desaparecerá.”
Desafiante y a su vez denigrante, ya que ellos se tuvieron que ir por pensar distinto, aquellos años seguramente no fueron fáciles para los que hoy son nuestros referentes. Dura tarea de armar las valijas para estos cantores que amaban y defendían nuestras raíces.
En el fondo fue una lucha de poderes: el cantante tiene ese “poder” al cantar para las masas, solo basta tener 30 segundo de atención y que una estrofa haga “Pensar” a un individuo que no se siente identificado por aquellos que tenían discursos armados sin sentidos.
PROHIBIDO PENSAR ese era el lema de aquellos días pero nuestros artistas “los puntas de lanzas” se forjaron y rompieron con ese destierro cultural que pretendían en nuestro país.
Hoy recordamos que hace 50 años hubo mentes que lucharon desde el arte por los derechos universales de toda Latinoamerica. No son solo canciones, no son “Cantantes Militantes” o “Revolucionarios”, sino que fueron, son y serán esos faros que alumbrarán siempre. O cuando algunos de nosotros haga trascender los mensajes que sembraron en una tierra que muchas veces los ignoró, y así recordar que la palabra sigue vigente.
Redactora: Laura Cáceres.
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