domingo, 21 de abril de 2013

Hermanados: Lipán y Patagonia en un encuentro histórico

Cae la noche y la luna ilumina los colosales edificios. El ruido ensordecedor de la gran ciudad nos acompaña, mientras el colectivo esquiva la enorme fila de autos que están estancados en algunas de las arterias principales de la ciudad de Buenos Aires. Bajamos. El tiempo corre y casi por inercia apuramos el paso acompañados por bocinas, murmullo y gritos. Llegamos.

Nos aprestamos a disfrutar del espectáculo, se “abre el telón”. Sin darnos cuenta, sin intensión nos dejamos llevar y lo que allí sucede nos invita a contemplar dos paisajes diferentes uno en el norte y otro en el sur de nuestro país. “Que el color de piel no sea un condicionamiento para decirnos hermanos” expresaba el chubutense Rubén Patagonia al tiempo de que junto al jujeño Tomás Lipán representaban una escena casi familiar que bien podría suceder en el living  cualquiera de nuestras casas.  

Con un diálogo improvisado compartieron una infinidad  historias de la niñez y relatos de la vida en sus pueblos; hasta incluso a modo anecdótico y con humor contaron que al tener una fisonomía similar los confunden en algunos escenarios. Lo que allí sucede nos transporta a culturas y realidades diversas, sencillas pero ricas en contenido y en valor cultural; destacando siempre el respeto hacia la Madre Tierra, para Lipán “Pachamama” o  “Ñuqe Mapu” para el pueblo mapuche.

Estos artistas que por primera vez unieron sus voces  son el retrato fiel de lo simple y grande a la vez engalanaron la noche con sus canciones, es una velada especial  que pretendía compartir y conmemorar el "Día del indio americano" por lo que frases como  “Lo mas importante es el entendimiento y la inexistencia del rencor” en la voz de Lipan o como expresaba Patagonia “ Aquí hay un despertar queremos que se conozca y reconozca lo que es el indio americano” generaban la ovación del público.

Con un canto Sagrado Ruben Patagonia inició su presentación en solitario, para luego con el tema "Amutuy soledad"  estremecer al publico quienes acompañaban en silencio mientras se escuchaba el canto del pueblo “Como me despojaron sin ninguna razón sometiendo a mi raza en el nombre de Dios” frase que refleja la convicción y la lucha de los pueblos originarios.  Siguieron temas como el "Cacique Yatel" y uno de los momentos mas emotivos de la noche “El abuelo y el Pehuen” donde compartió escenario con su pequeña nieta Lihuen Malén  quien enseñó a los presentes a contar hasta diez en lengua mapuche.
Tomás Lipán junto a sus músicos con el sonido de los sikus y del erke hicieron sentir el viento norteño que sopla en la quebrada  al entonar bailecitos, huaynos, cuecas y  zambas como  “El minero” "La Yaveña", "Aguita de la puna", "Viva Jujuy" , "Jujuy para dos"  y “Soy de la Puna” al tiempo que unos airosos bailarines danzaban al compas de los ritmos norteños.
Entre los espectadores estaba presente el mitico Vitillo Abalos integrante de los “Hermanos Abalos” quien al ser invitado al escenario expresó  “Buenas noches, voy a ser breve don Patagonia y Tomas Lipan Identidad Argentina y con eso digo todo”, él junto a Lipán entonaron “Nostalgias Santiagueñas”  para luego comentar “Tomas Lipan me está dando 83 años, es tacaño el hombre a penas tengo 90” el publico agradecido expresaba su entusiasmo mientras sentían los primeros acordes de “Chacarera de las piedras”


El cierre de lujo de esta “America Parda” se produjo con los dos artistas en escena, quienes interpretaron junto a todos los músicos “Chalten” para dejar en claro su mensaje “No hay culturas ni inferiores ni superiones sino diferentes culturas, bregemos por un pais con una identidad arraigada a nuestras raíces”


Finalizada la presentación Ruben Patagonia tuvo la gentileza de recibirnos y conversar como si fuera un amigo, un abuelo o un familiar muy cercano, es ahí donde  nos comentaba  en relación al origen que motivó este  mágico encuentro “Yo no conocía Jujuy, pero en una fiesta del cordero en Puerto Madryn había muchos fogones y en uno de ellos estaba Tomás y en otro yo, ahí se comía corderito patagónico y bueno me iba yo a escucharlo y veía que el también venia a verme; a partir de ahí teníamos esa necesidad de juntarnos” Atentos contemplábamos su figura, su manera de expresar y agragaba “Yo creo que esto es mágico que tiene que ver mucho la fuerza de la tierra, más allá que cada uno hizo su momento musical mostramos la geografía su entorno, volteamos distancias y marcamos lo que en estos tiempos tiene que suceder más allá del color de la piel”

Nos intrigaba saber su visión sobre los jóvenes y sobre cómo ellos van tomando conciencia en relación a la problemática que viven los pueblos originarios y sus necesidades, Rubén con paciencia y cariño decía “Hace 40 años que camino, sabía que en algún momento esto iba a pasar, esta cuestión de amasar una identidad tiene que ver con los distintos momentos de la historia de nosotros los argentinos, pero poquito a poco y ustedes los jóvenes, la muchachada como digo yo, son quienes vienen con una fuerza tremenda una carga de identidad  que aunque en algún momento se les ha tratado de borrar están en buen camino y eso es lo que necesitamos”

Frente a la emoción que generó la dramatización que realizó personificando a una abuela mapuche  frente a un acto por la conmemoración de la Campaña del Desierto y tras contarle lo que  internamente vivimos nos dedico unas palabras  “Tenemos sangre mixturada con pueblos originarios por ahí te llego el mensaje y te emocionaste y es la misma sangre que está ahí dentro tuyo y es bueno que lo reconozcan. Larga vida!”

sin duda fue una noche maravillosa, extasiados y empapados de cultura, y de aprendizaje retornamos teniendo claro que  somos un país pluriétnico y que más allá del color de piel,  mas allá de las diferencias, lo primordial es el RESPETO entre seres humanos.

Redacción: Ana Laura Martínez.
Fotografía: Laura Cáceres


viernes, 19 de abril de 2013

Tiempo de Rodar. Raly Barrionuevo en Vorterix


Fotografía: Ami Pajolchek
Metamorfosis, así de simple. 
O no tan simple, no para aquellos que hace años escuchan a un santiagueño que hoy se anima a Rodar en plena Capital Federal.
Una noche atípica: en pleno otoño porteño teníamos 26 grados de temperatura que permitían disfrutar sin tantos abrigos de una noche especial, cargada de distintos ritmos, de momentos únicos.
La presentación inició puntual, a las 21 horas Raly Barrionuevo subió al escenario del Teatro Vorterix. Esta presentación es parte de una gira que realiza con su nuevo material llamado “Rodar”, disco que en vivo pudo escucharse con una sonoridad cálida, con marcadas variaciones. Se sumó en esta oportunidad a la banda que lo acompaña los vientos que daban esa frescura audaz. 
Cada canción tuvo sus secuencias de “películas”: vivencias, amores, dolores, caminos y olvidos.
Mujer Caminante” fue la elegida para abrir y romper con toda formalidad que a veces no es necesaria. Luego fue el turno de “Al costado del Camino”, “Mochileros” y “El sol parece lluvia”. Cada interpretación fue implacable. Ya casi redondeando el disco el espectáculo tuvo una invitada sorpresa: “pudo llegar”, así lo aseguró Raly sorprendido y feliz, Liliana Herrero se hizo presente regalando al público una versión magistral de “Niña Amada de la América Sagrada”, bella interpretación teñida de sensaciones, reflexión casi espiritual, creando uno de los mejores climas de la noche.
Fotografía: Ami Pajolchek
Si bien este nuevo disco no tiene ritmos clásicos de nuestro folclore, apenas hay sólo una zamba, este giro, este cambio permite ver el momento en el cual se encuentra Raly: hoy era el “tiempo” para “Rodar”, esta metamorfosis que se permite como artista que lo plasmó en este trabajo, expresión plena de la libertad. Hay una búsqueda y en ese proceso se gesta este material.
Luego llegó el turno de las Chacareras “clásicas” que la gente sabe que las va a cantar: “Chacarera del exilio”, “Chacarera de la Espada”, “Chacarera del sufrido”, entre otras. Algo histórico: “Luna cautiva”, “Zamba por vos” y “Oración del remanso”.
Ya finalizando la velada, como si todo hubiese sido poco llega otro encuentro “mágico”: a Liliana Herrero y Raly se sumó Lisandro Aristimuño; juntos interpretan “Tu nombre y el mio”, versión que muchos agradecerán de por vida haberla escuchado en vivo.
Fotografía: Ami Pajolchek
En cada estrofa se renueva la ilusión. En cada grito, aplausos o manos arriba hay una ilusión de que se transformen “Los momentos”. Los Propios o el de todos. Aquí la música impulsa a esto: a poder transformarnos con libertad y esperanza.
Esa esperanza que mantuvo al público 2 horas expectantes. Con ganas de decir y de oir. “Hasta siempre”, “Ey paisano” y rematamos con “Somos nosotros”.
Al terminar esta especie de crónica uno puede concluir que si la música tiene esa libertad de modificarse, esa capacidad de transportarnos, de regalarnos momentos únicos, podemos llegar a creer entonces que de ella aun tenemos mucho que aprender, que descubrir y de vivir renovando asi una y otra vez… nuestra esperanza.

Abril 2013. Laura Cáceres.

Fotografía: Ami Pajolchek