viernes, 19 de abril de 2013

Tiempo de Rodar. Raly Barrionuevo en Vorterix


Fotografía: Ami Pajolchek
Metamorfosis, así de simple. 
O no tan simple, no para aquellos que hace años escuchan a un santiagueño que hoy se anima a Rodar en plena Capital Federal.
Una noche atípica: en pleno otoño porteño teníamos 26 grados de temperatura que permitían disfrutar sin tantos abrigos de una noche especial, cargada de distintos ritmos, de momentos únicos.
La presentación inició puntual, a las 21 horas Raly Barrionuevo subió al escenario del Teatro Vorterix. Esta presentación es parte de una gira que realiza con su nuevo material llamado “Rodar”, disco que en vivo pudo escucharse con una sonoridad cálida, con marcadas variaciones. Se sumó en esta oportunidad a la banda que lo acompaña los vientos que daban esa frescura audaz. 
Cada canción tuvo sus secuencias de “películas”: vivencias, amores, dolores, caminos y olvidos.
Mujer Caminante” fue la elegida para abrir y romper con toda formalidad que a veces no es necesaria. Luego fue el turno de “Al costado del Camino”, “Mochileros” y “El sol parece lluvia”. Cada interpretación fue implacable. Ya casi redondeando el disco el espectáculo tuvo una invitada sorpresa: “pudo llegar”, así lo aseguró Raly sorprendido y feliz, Liliana Herrero se hizo presente regalando al público una versión magistral de “Niña Amada de la América Sagrada”, bella interpretación teñida de sensaciones, reflexión casi espiritual, creando uno de los mejores climas de la noche.
Fotografía: Ami Pajolchek
Si bien este nuevo disco no tiene ritmos clásicos de nuestro folclore, apenas hay sólo una zamba, este giro, este cambio permite ver el momento en el cual se encuentra Raly: hoy era el “tiempo” para “Rodar”, esta metamorfosis que se permite como artista que lo plasmó en este trabajo, expresión plena de la libertad. Hay una búsqueda y en ese proceso se gesta este material.
Luego llegó el turno de las Chacareras “clásicas” que la gente sabe que las va a cantar: “Chacarera del exilio”, “Chacarera de la Espada”, “Chacarera del sufrido”, entre otras. Algo histórico: “Luna cautiva”, “Zamba por vos” y “Oración del remanso”.
Ya finalizando la velada, como si todo hubiese sido poco llega otro encuentro “mágico”: a Liliana Herrero y Raly se sumó Lisandro Aristimuño; juntos interpretan “Tu nombre y el mio”, versión que muchos agradecerán de por vida haberla escuchado en vivo.
Fotografía: Ami Pajolchek
En cada estrofa se renueva la ilusión. En cada grito, aplausos o manos arriba hay una ilusión de que se transformen “Los momentos”. Los Propios o el de todos. Aquí la música impulsa a esto: a poder transformarnos con libertad y esperanza.
Esa esperanza que mantuvo al público 2 horas expectantes. Con ganas de decir y de oir. “Hasta siempre”, “Ey paisano” y rematamos con “Somos nosotros”.
Al terminar esta especie de crónica uno puede concluir que si la música tiene esa libertad de modificarse, esa capacidad de transportarnos, de regalarnos momentos únicos, podemos llegar a creer entonces que de ella aun tenemos mucho que aprender, que descubrir y de vivir renovando asi una y otra vez… nuestra esperanza.

Abril 2013. Laura Cáceres.

Fotografía: Ami Pajolchek

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