Disco que llega con una gran
apuesta a la creatividad, a la interpretación y se animan a ir un poco más allá
en cuanto a letras, sonidos y estética en general.
Caleidoscopio presenció aquella
consagración que recibieron este año en el Festival de Cosquín, dónde la
ovación de toda la Plaza Próspero Molina los llenó de emoción y los impulsó a un
nuevo nivel. Esos mismos aplausos se repitieron esta noche porteña junto a su
público que cantaba junto cada una de las canciones, inclusive las nuevas:
“Cantores”, “Indivisible”, “Eclipse” y “A bailar”, entre otros.
Luego el momento especial y muy
emotivo fue cuando interpretaron parte de la Misa Criolla, de Ariel Ramirez,
“La Peregrinación” y “El nacimiento”. En esos minutos la sala, completa,
vivenció un silencio y una atención plena. Fue un instante casi “Místico”, algo
“mágico” que invadió el lugar.
La misa Criolla también fue cantada,
hace menos de un mes, en Cadiz con la Delegación de Cosquín, junto a un coro de
50 personas.
Ya culminando la noche, cuando el
calor se hizo presente, cuando las mesas comenzaron a desordenarse y los
presentes se animaron a bailar al ritmo de la saya y el carnaval, e inclusive
cuando ellos ya más sueltos arriba del escenario lo disfrutaron... en ese
preciso momento llegó el final de show. El final de varios show que veremos en
cada festival, en alguna peña o en las fiestas de los pueblos, donde se
encontraran con 4 voces únicas, fuertes, con empuje, con letras que enamoran,
que traen recuerdos, que nos acercan a nuestro lugar en el mundo.
Antes de irnos, los músicos
agradecidos por el cariño de su público, se predisponen a las fotos, los
saludos, a recibir afectos y regalos. Y Caleidoscopio se retiro del lugar con
el saludo de los chicos y con la gran reafirmación de que Canto 4 ya juega en
las grandes ligas y que el talento salteño no tiene límites para lo que se
viene.
Agradecemos La Colaboración de Pamela Condori en Las fotografías |
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